Comunicarse de manera correcta es una herramienta capaz de abrir todas las puertas. Buena parte de los problemas que enfrentamos en nuestro día a día comienzan porque no somos capaces de expresarnos correctamente o porque los demás malinterpretan lo que decimos.
Para ayudarte a resolver tus problemas de comunicación te recomendamos leer el libro ¡Cuida tu lenguaje!, escrito por Rob Kendall, un reconocido experto en la materia cuyas obras son conocidas gracias a sus aportes en torno a la comunicación humana.
El autor comienza esta obra explicando lo importante que es la comunicación. Pasamos todo el día interactuando con otras personas en conversaciones personales, por teléfono, a través de mensajes de texto, o correos electrónicos. Lo más común es que algo salga mal y alguna de estas conversaciones se complique.
Afortunadamente, Kendall asegura que cada conversación ofrece la oportunidad de introducir pequeños cambios en el lenguaje, el contexto o el tono que, cuando se repiten a lo largo del tiempo, cambian el rumbo de nuestras relaciones y nuestra productividad.
Para saber qué mantener y qué modificar, tenemos que reconocer en qué momento y cómo las cosas se empiezan a poner feas cuando una conversación no sale como lo teníamos previsto.
La propuesta que hace Rob Kendall en el libro ¡Cuida tu lenguaje! consiste en identificar cuatro tipo de situaciones fundamentales. Cada una de ellas es el resultado de una conversación que acaba saliendo mal:
Situaciones
- El enredo. Los cables se cruzan, lo que provoca incertidumbre y confusión, acciones descoordinadas y expectativas frustradas. ¿Cuántas veces te preguntas cómo es posible que se haya producido un malentendido? Esta obra te enseña a evitar confusiones y adaptar el estilo de comunicación, identificar el contexto y comprobar la claridad de lo que se pretende comunicar.
- La gran discusión. Tiene lugar cuando una conversación amistosa se descontrola y se convierte en una amarga discusión con la pareja, un familiar, un compañero de trabajo, un vecino o cualquier otra persona con la que no tenías intención de elevar el tono. Las herramientas que ofrece Rob Kendall te permitirán aprender por qué determinadas conversaciones se convierten en discusiones y cómo mantener las cosas bajo control.
- El mal lugar. Sucede cuando la conversación que mantenías con alguien sale terriblemente mal y acabas en el fango, o cuando simplemente te sientes desconectado y harto de alguien y te preguntas cómo vas a abordar el problema o a recuperar la situación. Encontrarse en “El mal lugar” de vez en cuando forma parte de cualquier relación, pero probablemente te gustaría acabar allí menos a menudo.
- El bloqueo. Tiene lugar cuando los sentimientos y los pensamientos se interiorizan o se ocultan y se acaban sacando conclusiones negativas, lo que conduce a una implosión, en lugar de una Gran discusión. Si alguien está en bloqueo se retraerá y no querrá hablar, aunque sea obvio que está profundamente disgustado. En este caso, necesitarás herramientas para restablecer la comunicación y equilibrar la relación.
El libro ¡Cuida tu lenguaje! contiene una serie de herramientas fáciles de seguir para evitar las trampas que conducen al Enredo, la Gran Discusión, el Mal lugar y el Bloqueo. También descubrirás cómo tus instintos de supervivencia pueden alejarte de tus valores y aprenderás a reconocer las señales de alarma que indican cuándo una conversación empieza a ir mal antes de que sea demasiado tarde para dar marcha atrás.
Algunas de las técnicas de comunicación que se desarrollan a lo largo del libro ¡Cuida tu lenguaje! son las siguientes:
Técnicas
- La importancia del contexto: las palabras representan el contenido de una conversación, pero el contexto es lo que las rodea. Incluye las palabras anteriores y posteriores, el tono en que se pronuncian, el lenguaje corporal y la intención que hay detrás de ellas. Captar simultáneamente el contenido y el contexto nos permite comprender el significado y orientar la conversación. Si el contexto no está claro, es fácil que una conversación caiga en mensajes confusos. La lección es: el contenido siempre está relacionado con el contexto.
- Adapta tu lenguaje: Los seres humanos somos máquinas de comunicación altamente sofisticadas, pero también cometemos errores. Cada uno de nosotros tiene sus formas favoritas de pensar y hablar, que se convierten en patrones arraigados. Cuando las preferencias chocan, es probable que se produzcan frustraciones y encontronazos, hasta el punto que las relaciones pueden romperse. Para evitar que esto ocurra es necesario observar los indicios que nos ayuden a identificar el estilo comunicativo de la otra persona. Además, es conveniente crear compenetración, hablando con un tono de voz y a una velocidad similares a las de nuestro interlocutor. De este modo,estamos adaptando nuestro estilo, logrando entrar en sintonía con el otro. La lección en este caso es: aprende el estilo de comunicación de la gente y ten en cuenta que no es aleatorio.
- Aspira a la claridad: asegurarnos de que nos entienden debe ser un objetivo a lograr. Con frecuencia, suponemos que las personas saben lo que queremos decir con nuestras palabras. Sin embargo, los malentendidos son frecuentes y los problemas subsiguientes, muy molestos. Por tanto, tenemos la misión de asegurarnos de que nuestro interlocutor ha comprendido lo que hemos dicho. Del mismo modo, la interpretación que hacemos de lo que alguien ha dicho puede no coincidir con lo que realmente dijo o quiso decir. En todos los casos, conviene detener la conversación para asegurarnos de que todos comprendemos de qué estamos hablando.
- Comprende tu impacto: los seres humanos somos creadores de significados y los lenguajes de todo tipo (visuales y verbales) son nuestras principales herramientas para construirlos y reforzarlos. Esto puede jugar a nuestro favor o en contra. En una conversación, nuestro cerebro narrativo crea significado a partir de lo que la gente dice y de lo que no dice, desde la forma en que expresan sus palabras hasta la manera en que leemos su lenguaje corporal. Los mejores líderes comprenden el profundo impacto que pueden tener las conversaciones y tratan de dominar sus habilidades. Es muy importante reflexionar sobre qué impacto tienen nuestras conversaciones en otras personas.
Aprender el valor de la comunicación como una herramienta para la vida es el primer paso en la ruta hacia la construcción de relaciones más sólidas y duraderas. Solo tienes que recordar que todo esto es un proceso, no un destino, así que mantente siempre en actitud de aprender.
Compra y lee el libro ¡Cuida tu lenguaje! y conviértete en el líder de tu vida.