A medida que la tecnología avanza la calidad de vida de los seres humanos mejora, o al menos eso es lo que creemos. La verdad es que, aunque parece que estamos mejor preparados para enfrentar enfermedades y padecimientos que nos diezmaban hace siglos, no hemos resuelto los problemas más serios para nuestra supervivencia.
De esto y más va el libro El efecto Stick, escrito por Josep-Francesc Valls. En esta obra el autor explica que en los últimos doscientos años los humanos han acelerado la construcción de entornos tecnológicos extraordinarios que han modificado la faz de la Tierra, así como el nivel de consumo, de riqueza y de prosperidad. No obstante, afirma que la estructura creada carece de solidez. En su interior, las contradicciones avanzan a pasos agigantados.
Josep-Francesc Valls plantea los pasos anteriores a la industrialización de 1800 y la ardua tarea de la población en la búsqueda de comida y sustento. A partir de allí, detalla cómo importantes grupos humanos radicados en Occidente se miran por primera vez en el espejo del consumo como expresión de una nueva forma de ser. Adicionalmente, analiza las condiciones en las que se fragua la sociedad del bienestar a partir de 1950, el gran hito histórico.
De este modo, el autor profundiza en torno a dos fenómenos contemporáneos. El primero de ellos, tiene que ver con que, después de miles de años de escasez y miseria para la mayoría de los humanos, el desarrollo económico y social se acelera de forma brusca. Esto muestra una gráfica que toma la figura del palo de hockey, el Stick, que da nombre a este libro.
El segundo fenómeno se centra en las clases medias, que representan el mejor fruto de los avances industriales. A decir del autor, aparecen resplandecientes y mimadas por todos los poderes durante la segunda mitad del siglo XX y agrega que protagonizan el período. Sin embargo, decaen a partir del inicio del milenio. En plena ascensión, las contradicciones del modelo de desarrollo las descabalgan.
Josep-Francesc Valls asegura que el crecimiento de las opciones que tiene el ser humano para vivir, trae consigo elementos autodestructivos y algunos de ellos son:
A pesar de estos hechos, la riqueza y el progreso continúan avanzando, mientras que los seres humanos sienten frustración de lo inalcanzable plenamente.
El libro El efecto Stick arroja luces sobre la aparición y desarrollo de la sociedad del consumo, como un aspecto clave en el análisis del comportamiento de la sociedad.
Entre el año 1800 y el 2000 se aceleró el desarrollo y el progreso económico hasta alcanzar la mayoría de la población occidental. En este proceso aparece la sociedad del conocimiento. Además, nuevos sectores económicos se ofrecen a los consumidores, sobre todo turismo, el ocio, el transporte y el comercio, a lo que el autor señala como el señuelo de la sociedad de consumo.
Todo esto funciona porque los Estados proveen a los ciudadanos de servicios públicos a cambio de impuestos. Se produce la revolución urbana y, a raíz de la revolución digital, la desintermediación provoca en el nuevo milenio un replanteamiento radical de la forma de consumir. En este punto, el palo de hockey abandona destempladamente la horizontalidad para erguirse rígido en posición vertical.
Más de doscientos años después de la era industrial que dió pie a la sociedad de consumo, los seres humanos enfrentan un reto: el modelo de consumo ha depredado de tal manera el planeta que por el camino se han destruido elementos sustanciales para el futuro. Este crecimiento vertiginoso se ha llevado por delante elementos naturales y sociales irrecuperables.
La humanidad dejó atrás los días en los que no tenían una renta suficiente y ha pasado a obtener ingresos fijos para alimentarse suficientemente. El humano dispone de un hogar más o menos confortable, trabaja con mucho menos esfuerzo físico, se viste con ropa cara o fast fashion, se mueve por todos los rincones del mundo, se comunica por teléfono o videollamada, asiste a espectáculos musicales o deportivos en directo o a través de cualquier dispositivo, mantiene relaciones directas a través de redes sociales, satisface sus necesidades y puede tentar numerosas aspiraciones.
A pesar de esto, Josep-Francesc Valls deja en evidencia que al comparar el dinero que manejaban las familias, lo que podían hacer con él y en qué partidas las aplicaban, se observa un cambio radical.
Los sectores fundamentales históricamente, como la alimentación y ropa, se han multiplicado, por lo que ahora es necesario pensar en vivienda, salud, educación, movilidad y transporte, a lo que hay que añadir el ocio y la capacidad de ahorrar, que permiten enfocar la vida según los intereses particulares de cada quien.
Lo que está ocurriendo desde principios del siglo XX es que sigue el crecimiento económico y el bienestar, a base de menores ingresos, más impuestos, y el recorte de elementos del estado de bienestar. Mientras tanto, las clases medias depauperadas mantienen a duras penas el gasto en la alimentación, vivienda, ropa y movilidad, a la par que incrementan el de las comunicaciones y la electrónica.
Mientras las clases medias se deslizan en la pendiente hacia rentas más bajas, lo peor se concentra en la pérdida creciente de oportunidades y en la percepción de que son desplazadas de la posición alcanzada y se les cierran las oportunidades de utilizar el ascensor social que treinta o cuarenta años atrás las aupó.Compra y lee el libro El efecto Stick y disfruta de un análisis profundo y riguroso en torno al comportamiento de la clase media desde su aparición hasta nuestros días.
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